MISTERIO GOZOSO

Perdóname labio porque no te pertenezco,

esta plegaria la dicta su lugar hueco.

Mis manos me llevan a sitios prohibidos,

enredando las sábanas, pensándote a solas

como un perro lazarillo bien adiestrado.

 

Porque es tan casto este ardor

que mi boca peca de ser aún doncella

y llaga mi lengua cada vez que te besa.

Ah, la hiel de tu silencio distante e indefinido

me ha convertido en una virgen impura.

 

Cecilia Quílez

publicado por RAA às 12:43 | comentar | favorito