NADIE, NADA
Ya todos mis recuerdos son ajenos,
lo que a mí me pasó le pasó a otro.
Hubo un niño que lleva mi nombre
y solo existe en las fotografías.
La tarde aquella, el fresco amanecer,
los dos desnudos bajo las estrellas,
dicha y desdicha, sombras en el agua,
palabras en la arena que alguien borra.
Soñé lo que creí haber vivido,
viví lo que creí haber soñado,
besé con labios que non eran los míos.
Imagino que fui, que soy, que sigo siendo.
Mi nombre es ninguno y es legión,
soy todos y soy nadie, nada, Dios.
José Luis García Martín